Lucifer y Azela tienen un plan magistral para vencer a Dios, y aprovecharán la fecha del nacimiento del Niño Jesús para atacar.

El plan es simple: torcer la mente de sus adeptos, haciéndoles caer en pecado. Así que, mientras Dios espera el ataque en el mismo instante en que nacerá su hijo, Lucifer actuará mil seiscientos y tantos años después, en una región lejana, la Nueva España, sin contar con que hallará otra cultura con sus propios dioses, encontrando nuevos enemigos, pero también nuevos aliados.

Torcer la mente de los pobladores de esta tierra tendrá sus retos, así que se aliará con un espíritu conocedor de la región, Hernán Cortés, quien volverá de la tumba (de un modo singular) para hacer de las suyas con su nuevo amigo.

San Miguel descubre el plan y vuela a la Nueva España, donde, siguiendo con la tradición navideña, anunciará a los pastores que deben honrar el nacimiento de Jesús visitando una iglesia y ofrendando su buena voluntad. El grupo iniciará la peregrinación, para encontrarse en el camino con Lucifer y sus artimañas, pero ¿los pecados católicos son lo mismo para un pueblo pagano?

Lucifer tiene una tarea difícil, pero a lo mejor ésta será la primera vez que venza a San Miguel.

¿Quién sabe? Tendremos que descubrir lo que opina Quetzalcóatl.

 

 

El argumento de las pastorelas ya lo conocemos todos, pero siempre hay que decir un poquito más, “Mil seiscientos y tantos” habla, también, de una problemática actual y muy viva: el respeto a las ideas, formas de pensar y modos de vida.